lunes, 23 de julio de 2012

Subidas y recortes salariales (*)

El Jueves, 17.07. 2012
Las diferencias salariales

La búsqueda de salarios más justos, el mantenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores/as y el acortamiento de las diferencias salariales entre los que ganan más y los que ganan menos,  en una determinada empresa, son objetivos a tener en cuenta en la práctica sindical. Mi cuñado me lo recordaba muy a menudo, refiriéndose a la antigua Telefónica. Sin embargo,  no se consigue avanzar todo lo que se desea y,  en muchos casos, el sueldo medio de los altos directivos acaba siendo más de 100 veces el sueldo medio de los trabajadores/as.

Casi todos aceptamos de forma acrítica la existencia de un amplio margen de desigualdad en las nóminas,  como parte esencial del modelo productivo: Unos mayores incentivos salariales en los directivos, vinculados a los resultados, estimulan su implicación en la empresa, con el fin de aumentar los beneficios. La moderación de los salarios, en un escenario de paro como el que estamos viviendo,   permite al empresario aumentar la productividad y la competitividad y, por tanto, aumentar también los beneficios.  El objetivo  final es el mismo.

En resumen, en el mundo laboral las desigualdades son extraordinarias: Hay personas que ni siquiera tienen trabajo  y, entre los que lo tenemos, los hay que cobran una miseria, mientras que otros/as tienen sueldos desorbitados, como los directivos de las empresas del IBEX 35.

Hay también diferencias significativas en la horquilla de la desigualdad absoluta en el mundo de las finanzas. Hace varias semanas, un directivo de Triodos Bank (Banca Ética) le contaba a Jordi Évole (Programa Salvados, en La Sexta) que el sueldo del presidente de esta Entidad en Holanda, es de unos unos 10800 € al mes, mientras que  el de  un auxiliar con el sueldo más bajo, en España, es de unos 1200 €. Es decir, ¡solo 9 veces más entre el sueldo máximo y el mínimo! Obviamente esto no ocurre en la Banca convencional. Por ejemplo, Rodrigo Rato, ex-presidente de Bankia, ganaba 2,3 millones de euros al año cuando lo mandaron al paro; probablemente  más de 120 o 150 veces el sueldo de muchos de  sus subordinados.

 SMI y subidas porcetuales en 1987

La primera incoherrancia de este blog no es la desigualdad salarial (que sería la madre de todas las incoherrancias), sino las subidas y los recortes porcentuales en nuestras nóminas, que aceptamos colectivamente sin voluntad de cambio. Para ilustrar las primeras voy a viajar a 1987 y como no he encontrado información en la red, el lector tendrá que fiarse de las notas que  escribí en su día,  rescatadas del polvo del olvido para inaugurar este blog.

Hace 25 años el ministro Solchaga  sostenía, en los medios de comunicación, que  subir el salario mínimo interprofesional (SMI) un 18 %, como proponía CCOO, era demagógico. Por aquel tiempo, el SMI para los mayores de 18 años era de 253 €  al mes (unas 42.200 pta, en  la mondeda vigente), lo que suponía unos 8,4 € diarios. Los ministros cobraban 20.973 pta/ día (7.655.300 pta al año en 12 pagas), unos 125,8 € diarios. Por tanto, la subida del 18 % del SMI, propuesta por el sindicato,  significaba una subida de  unos 1,5 €, por lo que el SMI hubiese ascendido a  unos 9,9  € diarios.

La subida salarial para el año 1988 fue, finalmente,  del 5 %, por lo que el SMI subió solo 0,42 €, hasta los 8,82 € diarios. Aquel año, a los ministros/as se les aplicó la misma e igualitaria subida, por lo que cada uno de ellos  recibió unos  6 € más cada día, poniéndose en unos golosos 131,8 €. En resumen, antes de la subida, la diferencia entre el sueldo de un  ministro y el SMI era de 117 € diarios. Después se hizo algo mayor, de unos 123 €. Es decir, al aplicar ese "justo" 5 % de subida salarial a todo el mundo, los Ministros aumentaron "un poco más su riqueza" respecto a la de los 400.000 perceptores del SMI de aquel año, aunque la proporción entre entre las nóminas  se mantuviese en 15:1. (1)

De modo que era demagógico subir 1,5 € al día  el SMI, mientras que era muy democrático, igualitario y justo subirse 6 €  a sí mismo y a sus colegas. Una  subida, la de los ministros, que equivalía al ¡68 % del propio SMI! (2).

Para entender las motivaciones de Solchaga hay que decir que el SMI, además de fijar la paga de los trabajadores/as que no están incluidos en ningún convenio, es un referente para muchos de los gastos del Estado,  por lo que su subida propiciaría  el aumento de  una serie de retribuciones, entre las que destacan las pensiones mínimas, las becas, el subsidio de desempleo, las del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) y diversas rentas mínimas de inserción. Y eso era demasiado "socialismo" para  Felipe González.

No recuerdo cuál fue la respuesta de CCOO a la cara dura del Ministro. Supongo que el tema del SMI fue una gota de agua más en el vaso de las afrentas del Gobierno de turno a la clase trabajadora,   hasta que el vaso se derramó y motivó la  Huelga General de 1988.

Recortes y solidaridad "Real" en 2012

Pero avancemos un poco más en el tiempo y en este tipo de  Incoherrancias y centrémonos en los recortes impuestos por el Gobierno de Rajoy en julio de 2012. Nos anuncian una bajada de sueldo a los funcionarios de un 5 a un 7 % de media, equivalente a la paga extra de Navidad. Como consecuencia de los recortes, el rey ha decidido reducirse su sueldo en 20.910,86 euros para este año.  Es decir, que su teórica rebaja salarial, la correspondiente a la paga extra media de un funcionario, va a ser mayor que el sueldo anual de muchos funcionarios: ¡Un recorte salarial del funcionario Nº 1 igual a una paga anual completa de otro funcionario X!

Se nos vende esta rebaja como una muestra de solidaridad de la Casa Real, pero me asalta una duda retórica: ¿Perder la paga extra de 1500 €, cuando el sueldo anual es de 21.000 €, supone el mismo sacrificio que rebajarse, motu proprio, 21.000 € de un sueldo  de 293.000 €?

De nuevo volvamos a los números, pero esta vez sazonados con las circunstancias familiares:

Funcionario "Don Nadie":  Tiene 14 pagas de 1500 € que ascienden a 21000 € al año. Tras meterle la mano en la cartera el ministro del ramo, la unidad familiar se queda con 19.500 €. Paralelamente, la luz, el agua, las tasas universitarias, el IVA, etc. se ponen por las nubes. Con bastante probabilidad, algún miembro de la familia puede estar en el paro, ya que según las estadísticas, más del 50 % de los jóvenes no encuentran trabajo. El panorama, si era relativamemente sombrío (los parados lo tienen aún peor), se convierte en gris, sin llegar a ser negro. ¡Al menos, al ser funcionario, el trabajo está asegurado! ¿O no?

Funcionario Rey: Tiene un sueldo anual de 293.000 €. Tras regalar al Tesoro voluntariamente unos 21.000 €, se queda con 272.000 €. No hay paro en esta familia. El Príncipe también recibe su asignación, la mitad aproximadamente. Su esposa e hijas también, además de los gastos de la Casa Real, también recortados. El empleo es fijo y hereditario.

¿Como se puede calificar este gesto de solidario?  Más bien parece una broma de mal gusto. A otros, como al  Secretario General de CCOO, la bajada del sueldo del rey Juan Carlos y del príncipe Felipe "son gestos y cortinas de humo que no disimulan la gravedad de las medidas que se están adoptando" (3) .

Tal vez no sea esta la solidaridad "Real" que espera gran parte de  la ciudadanía...
Viñeta de "Chumy Chúmez" (José María González Castrillo)
Punto y final

Probablemente a estas alturas (o harturas) de la entrada, el lector ya está mareado con tantas cifras y  letras  y se pregunte cuánta incongruencia intelectual y/o ética hay en estas subidas y bajadas porcentuales, aparentemente tan igualitarias. Obviamente no la hay si admitimos  la existencia de las desigualdaddes salariales o, en general, de las clases sociales, como si fuesen necesarias para mantener el orden económico y social establecido, al parecer  inmutable. Pero hay mucha incoherrancia, si pretendemos progresar, aunque sea lentamente, hacia un mundo  más justo, en donde otra economía sea posible.

Notas

(1) Al mantenerse constante la proporción, no habría  un incremento de riqueza relativo, si el exceso se emplease para contrarrestar el IPC, que afecta al funcionario pobre y al rico. No obstante, hay otras herramientas de cálculo para hacer que las subidas de los salarios sean  más justas. Por ejemplo, las subidas lineales, que consisten en subir la misma cantidad a todos los trabajadores/as. Se calcula, por ejemplo,  aplicando el % de aumento salarial al sueldo medio de los empleados y se aumenta esta misma cantidad a todos los salarios de la empresa. Esto hace que las proporciones entre los sueldos sean cada vez menores, progresivamente. No se puede aplicar esta fórmula a los recortes, porque el efecto que se consigue es el contrario: Las proporciones serían cada vez mayores. En este caso, parece más  lógico el descuento porcentual, pero con una amplia horquilla, que empiece en el 0 % para los salarios más bajos.

(2) Las cuentas en la actualidad son algo diferentes y más "justas". Hoy en día, el SMI es de 21,38 € al día, mientras que el de un Ministro es de 189 € (68982 € al año), unas 8,8 veces el SMI (en 1988 era de 14,9 veces). Recuerdan a la Banca Ética. Y he de reconocer que me sorprenden. Incluso estoy dispuesto a admitir que el sueldo de los ministros parece demasiado bajo en comparación con el de los alcaldes. Aunque esto tiene sus días contados. No obstante, tiene que haber gato encerrado.

(3) Por cierto, ¿cuánto cobrarán nuestros líderes sindicales? ¿Podemos saberlo? Yo lo he intentado, pero no lo he conseguido... aún.  Parte de la prensa le asignaba a Fernández Toxo un sueldo anual  de 114.000 € en 2010, mientras se rumorea que son solo 2200 € netos al mes los que percibe. Por otra parte, Méndez reconoció en el programa "Tengo una pregunta para usted" que ganaba unos 40.000 € al año.

(*) Una breve aclaración

Me temo que esta primera incoherrancia  está pasando sin pena ni gloria por el universo digital, a juzgar por el número de lecturas de su contador. Tal vez muchas personas, como los potenciales lectores/as de este blog,  opinan que la desigualdad de salarios es una contradicción moral tan obvia, que sobran las palabras y las justificaciones, como si fuese un asunto manido que no merece un minuto de nuestro tiempo en la red.
Sin embargo, no es un asunto cerrado y la mayor parte de la población considera que las diferencias salariales son justas, fruto de la inteligencia, de la titulación, del grado de responsabilidad, de la competividad empresarial, de la capacidad individual, del rendimiento, del mercado, de la oferta y la demanda y/o  de la suerte  de cada uno. De esta manera se convierten en racionales y éticas las subidas y los recortes directamente proporcionales a los salarios. Es decir,  ¡si la vida sube un 5 %, los sueldos tienen que subir lo mismo para todos!

De ahí que le dedicase a estas subidas y recortes esta extensa entrada, justificando por qué tanto las unas como los otros son incongruencias rancias  que  no sabemos, no queremos o no podemos eliminar. Tal vez no se haya entendido bien mi postura al respecto, por falta de precisión en mis  argumentos.

Pero, por mi forma de entender el mundo, esta incomprensión o  la apatía hacia mis reflexiones  no me desaniman a seguir en la misma línea. Lo he hecho tantas veces en defensa del laicismo y de la cultura científica, que esto no es para mí más que un aliciente estival más para seguir escribiendo.

 

1 comentario: